"Mi historia con los autos tal vez sea un poco más extensa que la de otros por una simple cuestión de edad, pero trataremos de ser breves para llegar a lo que interesa... cómo surgió mi pasión por el Taunus.

Mi primer auto fue un viejo Chevrolet 400 modelo '66. Había sido taxi durante más de 12 años y con él hice mis primeras armas tras un volante. Luego tuve un De Carlo 600, una réplica del Isetta alemán, que no andaba nunca y unos años después pude comprar con esfuerzo un Ami 8 destruido al que tuve que restaurar completo (éramos tan pobres...).

Debido a un nuevo trabajo que me obligaba a tener un vehículo presentable comencé un “casting” para comprar algo en serio. Fue allí que surgió la posibilidad de un GXL 78 verde. Yo miraba torcido a ese “chancho cuadrado”, pero como el bolsillo estaba flaco le di para adelante. Luego de probarlo dos cuadras, mi concepto cambió por completo... por fin tenía un auto libre de ruidos, con un andar suave, una caja precisa, estable en las curvas, que andaba rápido... y araba en los semáforos!!! (Ojo, chicos, no lo hagan en sus casas...).

Desde octubre de 1993 hasta agosto de este año en que nos separamos vivimos juntos infinidad de anécdotas que no entrarían en un libro, cosas que sólo alguien que tiene un fierro como el nuestro puede entender. Como muestra sólo les diré que estuve a punto de dejar de pagar la cuota del ACA, ya que a lo largo de 8 años y 95.000 Km nunca me dejó a pie... y... es un Ford.

En septiembre del año pasado y debido al deterioro que presentaba luego de un choque, un robo y recupero me di cuenta que estaba un poco viejito y el paso del tiempo lo había afectado. Como el costo de restaurarlo era mayor al de la compra de otro auto, me puse en campaña para conseguir otro. Así fue un día de lluvia en una agencia el destino me puso enfrente a mi actual GXL modelo '80 color blanco Túnez. Fue un flechazo instantáneo.

Averigüé cuanto costaba, dimos una vuelta y me lo llevé. Está prácticamente 100 % original y mis desvelos se centran en que lo siga estando como un pequeño homenaje a los ingenieros y técnicos que diseñaron y construyeron esta “pequeña maravilla ambulante”. Lo único que hice desde que lo tengo fue mantenerlo y hacerle algo de “cosmética” en pintura, baguetas, tazas y llantas. Y para completarla un fin de semana del año pasado conocimos a este grupo maravilloso con el que compartimos esta sana pasión. No podemos pedir más....

El nombre Gervasio surgió como una versión libre en español de “Herbie”, el Escarabajo de Cupido Motorizado. Me tratan de loco por ponerle nombre a un auto, pero lo considero un integrante más de la familia y debe tener uno... ¿o acaso alguien llama “perro” a su perro? Yo voy un poco más allá porque lo mimo, le hablo, lo saludo pero no espero que me conteste salvo con su comportamiento... por ahora".

Agradecimientos: Aeropuerto de Don Torcuato

Buenos Aires - Argentina  l Club Taunus Argentina