"Las vueltas de la vida son así... van, vienen y nos encuentran...
Si... tuve un Taunus GXL hace mucho tiempo: vino a mi, compartimos paseos, alegrías y tristezas y luego se fue sin dejar rastro.
Mucho tiempo después, con un nuevo comienzo en un garaje de Congreso, donde trabajaba, me sorprendí al encontrar una hermosa coupé, guardada en el fondo, cubierta con un protector.
Su dueño, el tintorero de enfrente, la visitaba una vez por mes, se sentaba en su interior y la encendía mientras leía un libro por aproximadamente una hora.
Que paradoja!!! un pura sangre, creada para rutear, ahi encerrada sin poder ver la luz.
Y entonces mi socio en aquel momento, le ofreció comprarla y el tintorero aceptó. Ese fue el primer paso: la coupe despertó. Me subi, la limpié, la cuidé... pero ahora mi socio, quien no la sabía disfrutar y quiso venderla... entonces pensé... ¿Y si la compró?.
Me gustaba la idea de tenerla y de ser Socio del Club, el cuál seguía a traves de su página de internet. Entonces todo fluyó: la compre y un día paseando en bicicleta con Laurita fuimos a visitar el Club para preguntar si podíamos ir.
Esa tarde volvimos pedaleando a full con el corazón palpitando por sacar la coupé. Cuando llegamos... aún recuerdo la cara de sorpresa de Adrián (quien nos recibió con un... "mirá la coupecita que tenía guardada el ciclista!!!").
Desde entonces es parte de mi familia y nosotros de la familia Taunus. Me emociona ver la alegría de mi hija por ir a la reunión de cada mes para compartir un momento ideal.
Gracias vida! Gracias Taunus!".
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